Es una cavidad cerrada que contiene pus. Su causa primordial es por la lucha de las células defensivas y las bacterias que causan la infección. Una infección se convierte en un absceso cuando ésta queda delimitada por una cápsula, cuyo contenido se denomina pus, que se compone por células defensivas y bacterias muertas. El absceso más frecuente se presenta en la piel. AL comienzo de la infección la zona circundante al absceso se encuentra roja y caliente. Luego, se reblandece y al final, si no se trata el pus puede acabar saliendo al exterior o interior mediante una fístula. Se debe tratar mediante antibióticos, y en los casos más serios se debe de drenar quirúrgicamente.
Una variante de esta enfermedad es el absceso retrofaríngeo, que es la acumulación de pus en los tejidos posteriores de la garganta. El absceso retrofaríngeo es una enfermedad que se presenta en los niños, usualmente menores de cinco años. Los tejidos en la parte posterior de la garganta facilitan la formación de un espacio lleno de pus (lo cual no ocurre en adultos) justo detrás de la parte posterior de la garganta. Esta área puede infectarse durante o inmediatamente después de una irritación de la garganta de origen bacteriano. El niño afectado, que puede tener síntomas de la irritación inicial de la garganta, desarrolla fiebre alta con dolor de garganta muy fuerte, lo cual causa dificultad para deglutir. El absceso en expansión puede causar interferencia con la respiración. Las complicaciones causadas por esta condición pueden ser potencialmente mortales. El absceso retrofaríngeo requiere atención inmediata con el fin de prevenir complicaciones severas.
También se puede mencionar el absceso anal o absceso rectal. Es la colección de pus en la región del ano o recto. Pueden presentarse en un área de fácil acceso para drenaje, o más arriba en el recto. Los abscesos anales superficiales son comunes en lactantes y niños que aún usan pañales y tienen una historia de fisuras anales. El absceso aparece a menudo como una protuberancia inflamada, roja y blanda al borde del ano. El niño puede lucir intranquilo por la incomodidad, pero por lo general no hay otros síntomas sistémicos asociados. La administración de antibióticos y drenaje quirúrgico producen alivio rápido.
Otro tipo de absceso es el absceso en los dientes; absceso periapical o infección dental. Es la colección de material infectado (pus) resultante de una infección bacterial del centro (pulpa) del diente. El absceso dental es una complicación de la caries dental. Puede resultar también de un trauma al diente (como cuando un diente se rompe o es golpeado). Las aberturas en el esmalte dental permiten que las bacterias infecten el centro del diente (la pulpa). La infección puede propagarse desde la raíz del diente hasta los huesos que sostienen al diente. La infección resulta en una colección de pus (tejido muerto, bacterias vivas y muertas, glóbulos blancos) e inflamación de los tejidos internos del diente. Esto causa fuertes dolores dentales. Si muere la raíz del diente, el dolor se puede detener, pero la infección permanecerá activa y continuará expandiéndose y destruyendo el tejido.
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